La diferencia entre las 4 y las 6 estrellas
Salimos de la obra y todo parecía estar perfecto.
Pero ya en casa, revisando las fotos en el móvil, algo no me cuadraba.
Una terminación mal rematada.
Pequeño detalle.
No estaba convencido.
Al día siguiente, volvimos.
Sin que el cliente dijera nada.
Esto fue lo que nos pasó en uno de los últimos trabajos que realizamos.
La diferencia entre hacer un trabajo correcto y hacer un trabajo impecable puede ser la diferencia entre las 4 y las 5 estrellas.
Las 5 estrellas es el Gran Lujo.
Pero deberías querer conseguir las 6.
Los hoteles de 6 estrellas no están dentro de la categoría oficial.
Todo el mundo quiere ir a un hotel de 5 estrellas, pero no todo el mundo se lo puede permitir.
Imagínate los de 6 que ni están en la categoría oficial.
Joder, si hasta cuando jugabas al GTA era difícil que consiguieras las 6 estrellas de persecución de la policía, tenías que ser un delincuente de cuidado, tenías que reventar todo lo que vieras en la ciudad.
Tenías que arrasar con todo.
Eso es a lo que deberías aspirar con tu trabajo.
Hacerlo tan bien que no tengas competencia.
Porque si vas a Google y me pones 4 estrellas y hay algo que no está perfecto, me lo tengo que tragar.
No puedo decir nada. Tienes razón. Y es lo que hay.
Pero si todo está al milímetro, sé que no tengo competencia, y aun así me dejas un 4… entonces sí tengo claro que eres el tipo de cliente que dice eso de “no le pongo el 10 a nada porque la perfección no existe”.
Valiente cabronzao.
Y esa es la vara de medir que debes usar.
Si tú no tienes ganas de hacer el trabajo perfecto, no puedes exigir al cliente que su trato también lo sea.
Y por tanto tampoco puedes exigir que te pague perfecto, o que te hable perfecto.
Si tu trabajo es deficiente, no reclames si la actitud del cliente también lo es.
¿Te estás conformando con hacer el trabajo "correcto"?
¿O estás dispuesto a volver al día siguiente aunque nadie te lo pida?
Respóndeme si no te tiembla el pulso al mirar tus propios fallos.